La energía eólica es una fuente renovable, verde y limpia que contribuye a la sostenibilidad, pero también lo hace al desarrollo económico. Tal y como refleja el Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España 2020, elaborado por Deloitte, la eólica contribuye a mitigar la dependencia energética de terceros países, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y también los precios de la electricidad, a la vez que es un motor de creación de empleo y riqueza en los territorios.
Sostenibilidad
Frenar el cambio climático es un objetivo universal. La energía eólica tiene un importante papel en este terreno, al reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros contaminantes a la atmósfera.
En concreto, evita la emisión de 29 millones de toneladas de CO2 al año, lo que equivale a aproximadamente la circulación del parque automovilístico español de turismos durante un año. También reduce la importación de combustibles fósiles en más de 10 millones de toneladas al año, un factor importante teniendo en cuenta que España importa más del 95% de los combustibles fósiles que consume.
Desarrollo económico
La eólica es uno de los motores del crecimiento económico en España. Genera empleo estable y de calidad. En la actualidad, más de 30.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos. Además, su aportación al PIB español es equivale al de sectores como el del calzado o el vino. Solo en España, cerca de 16 millones de hogares tienen electricidad gracias a la energía eólica.
España ocupa la quinta posición mundial en la apuesta por el desarrollo eólico, tras China, EE.UU., Alemania e India, y nuestro país se sitúa en el tercer puesto de países exportadores de aerogeneradores tras Dinamarca y Alemania.
Lidera también la investigación y el desarrollo, al contar con 20 centros de investigación y la participación de 9 universidades en distintos proyectos. España se sitúa en sexto lugar del mundo y tercero en Europa en patentes eólicas.
Vertebración territorial
La actividad eólica contribuye a la fijación de población en los territorios. El impacto positivo de la eólica en la vertebración territorial es palpable a través de los 250 centros industriales existentes en 16 de las 17 comunidades autónomas y en los más de 1.260 parques eólicos que conviven con la población del 9% de los municipios españoles.
La eólica es compatible con el desarrollo de otras actividades fundamentales para la economía y el desarrollo local como la agricultura, la ganadería y el turismo, por lo que genera nuevas oportunidades en convivencia con ellas.
Asimismo, los parques eólicos contribuyen económicamente a través de pagos a los propietarios del suelo en el que se sitúan, y también mediante cánones en determinadas Comunidades Autónomas por el uso del viento.
Para alcanzar los objetivos 2030 de desarrollo de las renovables, la eólica solo necesita ocupar un 0,004% más del territorio, alcanzando así el 0,020% de ocupación total.